¿Qué son esas extrañas estelas que cubren el cielo?
Son el rastro visible de una actividad de fumigación intensiva del planeta, para dispersar millones de toneladas de aerosoles tóxicos en la atmósfera.
¿Para qué se dispersan esos productos?
Se nos dice que esta actividad está orientada a enfriar la atmósfera y paliar el calentamiento global producido por el CO2 de la actividad humana como consecuencia del uso de los combustibles fósiles. Pero los miles de aviones fumigadores que están produciendo miles de toneladas de CO2 por el uso de esos combustibles no cuentan.
Detrás de esa explicación se esconde el uso del clima como arma de guerra para fines de dominio planetario, controlando el
agua, los alimentos y los mercados. Esta actividad de fumigación se conoce con el nombre desinformador de geoingeniería. La manipulación global del clima : un arma ambiental que afecta a tú salud y seguridad. Esta es una verdad inconveniente que ningún medio de comunicación publicará.
¿Qué es la geoingeniería?
El palabro geoingeniería viene interpretado como la manipulación deliberada del clima a escala global. Esta actividad tiene dos vertientes: la captación del CO2 a través de diversos medios para después enterrarlo en depósitos, y la gestión de la radiación solar. Esta última trata supuestamente de crear una capa de partículas reflectantes en la atmósfera que envíe la radiación solar de nuevo al espacio antes de alcanzar la tierra.
Algo que matemáticamente es imposible según la física nuclear y epidemióloga Rosalie Bertell que denunció estas prácticas militares ilegales y secretas, realizadas a la vista de todo el mundo. Los fines son otros. La geoingeniería se presenta como un proyecto de investigación teórico por si hiciera falta recurrir a ella, cuando en realidad ya se está llevando a cabo desde hace seis décadas.
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¿Qué materiales están utilizando en las fumigaciones?
En principio se propuso partículas de dióxido de sulfuro emulando a las que expulsan los volcanes en erupción pero según el científico Marvin Herndon estarían utilizando cenizas volantes de carbón de la centrales térmicas cuya toxicidad está demostrada, entre otros por el aluminio móvil, el uranio radiactivo y el torio.
Además se están dispersando productos biológicos, polímeros sintéticos y nanomateriales. Casualmente la multinacional americana Montsanto, tan protegida por los gobiernos de España, ya vende semillas transgénicas resistentes al aluminio, árboles transgénicos, y abejas robot para polinizar los cultivos, en sustitución de las que está destruyendo con sus pesticidas. ¡Un montaje perfecto!
¿Con qué nos están fumigando?
Los primeros datos en este ámbito nos llegan igualmente de Estados Unidos. Cientos de personas en las zonas fumigadas, han visto cómo morían sus árboles y plantas, por lo que procedieron a analizar la tierra y el agua para encontrar una respuesta. Los resultados arrojaban dosis inusuales de metales pesados miles de veces superiores a los parámetros de referencia, incluso en zonas muy alejadas de todo foco de contaminación.
Entre ellos se encuentran: aluminio, estroncio, bario, magnesio, titanio, litio, manganeso, galio, además de hexafloruro de azufre. La mayor parte de ellos, conductores usados en la industria de microprocesadores veloces, y de instrumentos optoelectrónicos.
Hoy sabemos que la acumulación de metales pesados en el cuerpo es letal. Y que investigaciones recientes muestran que las personas con alzheimer comparten un alto nivel de aluminio en sangre. Pero, puestos a usar a la población como cobayas sin derechos, cabe preguntarse también qué otros elementos están utilizando para que aparezcan en las muestras rastros de polímeros sintéticos y nanomateriales diversos, que están provocando problemas importantes de salud en la piel y en las vías respiratorias, entre otros.
Estas prácticas abominables que se llevan a cabo sin el conocimiento ni consentimiento de los ciudadanos, no solo violan los derechos fundamentales recogidos en las constituciones de los países democráticos, y en los tratados internacionales sobre derechos humanos, sino que dejan al individuo en un estado de indefensión total al no tener alternativa. Ya que la gente tiene que respirar y alimentarse. Por eso son intrínsecamente genocidas.
¿Por qué nos están fumigando?
La respuesta a esta pregunta no tiene nada que envidiar a los más complejos episodios de ciencia ficción. Razón por la cual la gente de a pié se resiste a creerlo y en consecuencia a actuar, dejando el camino libre para quienes consideran que el mundo les pertenece. El clima y su control está a la base de la historia. A este respecto y dejando a parte teorías conspiratorias motivadas mayormente por la absoluta falta de transparencia de los gobiernos implicados en estos hechos, centraremos nuestra búsqueda en aspectos oficialmente reconocidos como la GEOINGENIERÍA y el proyecto HAARP.
¿Qué hacen los gobiernos de los países afectados?
Ilustrada la existencia de algo tan inconcebible como real, con datos oficiales, resta saber cual es la respuesta gubernamental de los respectivos países ante estas fumigaciones masivas denunciadas públicamente por ciudadanos de a pié. Y la respuesta en cada país en los que estos hechos han sido denunciados, salvo raras excepciones, ha sido sospechosamente idéntica. Denegar que estas fumigaciones se estén llevando a cabo, frente a la cantidad de pruebas fotográficas y analíticas que se han presentado.
Los rastros o estelas, serían según ellos, vapor de agua que deja el denso tráfico aéreo. En el mejor de los casos se explica que son acciones destinadas a bajar la temperatura del planeta. No es objeto de este escrito demostrar técnicamente la invalidez o mala fe, de tales respuestas que ilustran como poco una ignorancia total, un insulto a la inteligencia de los denunciantes, pero sobre todo un desprecio absoluto por la seguridad y la salud de la población a quienes supuestamente representan.
No en vano se considera hoy a la clase política parte de los problemas que aquejan a la sociedad. Su credibilidad queda diariamente en entredicho con cada nuevo caso de corrupción y connivencia con los intereses corporativos, que sale a la luz tras años de ocultismo.
Es obvio, que ningún avión podría sobrevolar el espacio aéreo de país alguno, sin autorización previa. En consecuencia, la fumigación masiva que se está llevando a cabo en los países europeos, socios de la Alianza Atlántica, OTAN, ha tenido que ser autorizada por sus correspondientes gobiernos. Y por lo tanto, cada uno de ellos deberá asumir la correspondiente responsabilidad.
¿Puede afectar esto al medio ambiente y a la salud?
Las partículas dispersadas no permanecen en la atmósfera, terminan cayendo en la tierra, contaminando el aire, el agua y los alimentos. El aluminio, por ejemplo, afecta a los arboles y a las plantas que acaban muriendo a gran velocidad. El aluminio y el bario son neurotóxicos y se les vincula entre otras dolencias al alzheimer y al parkinson, etc., enfermedades que se han disparado en los últimos años, incluso entre personas jóvenes, sin olvidar el autismo, las enfermedades respiratorias y auto-inmunes.
Una menor radiación solar afecta igualmente a la fotosíntesis de las plantas, y a la asimilación de vitamina D3 afectando en consecuencia al sistema óseo y al sistema inmune.
¿En qué consiste la manipulación del clima?
En alterar los patrones climáticos naturales por diferentes medios. Los países que disponen de esta tecnología pueden producir niebla, nubes, lluvia, diluvios, granizo, nevadas, tormentas, huracanas, terremotos, etc., Pero también pueden deshacer la niebla, el granizo, los frentes lluviosos, y generar sequías prolongadas.
En la actualidad disponen de esa capacidad Los Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Israel y Brasil. Pero son los Estados Unidos los que están a la cabeza de la geoingeniería global; lo que para 2025, según consta en documentos oficiales, les convertirá en propietarios del clima. La manipulación de la troposfera, estratosfera y de la ionosfera no solo les dará el dominio sobre el grifo del mundo sino también el de todas las comunicaciones terrestres y satelitales. Quién vivirá y quién morirá de sed o de hambruna lo decidirán ellos.
¿Desde cuándo se utiliza la manipulación climática?
Estas técnicas se iniciaron ya en 1940, pero “oficialmente” se emplearon por primera vez como arma de guerra en Vietnam de 1967 a 1972. La devastación que causaron fue de tal envergadura que las Naciones Unidas prohibieron en 1977 la utilización del clima como arma de guerra o para usos hostiles.
Al no poder legalmente seguir con el desarrollo de estas prácticas como arma, se le cambia el collar al perro para seguir haciendo lo mismo con otro nombre”para fines civiles”. Es decir, se genera un problema global para proponer una solución global. El problema es el cambio climático y la solución la geoingeniería. Es la clásica historia del bombero pirómano.
¿Puede ocurrir esto sin conocimiento de la ciudadanía?
Estos programas violan derechos fundamentales de las personas, como la salud y la seguridad, se llevan a cabo sin su conocimiento ni consentimiento, y en el desprecio absoluto del principio legal de precaución. En nombre de la seguridad nacional se llevan a cabo las mayores atrocidades.
No es la primera vez en la historia reciente que los ciudadanos han servido de cobayas en experimentos con armas químicas y biológicas de 1953-1967, en Reino Unido, Escandinavia, Canadá y Estados Unidos, a cargo de este último. En los Estados Unidos desde 1997, es legal ensayar con la población este tipo de armas. Casualmente cuando iniciaron las fumigaciones clandestinas aéreas
¿Por qué no se abre un debate público sobre un tema de
tanta gravedad?
No se abre un debate público porque los promotores de esta barbarie sin igual, saben que lo tienen perdido. La sociedad civil rechaza de plano que el hombre juegue a aprendiz de brujo con sus vidas. Afalta de debate y mientras elaboran el marco legal que les permita hacer lo que hacen, se impone la geoingeniería y se normaliza en la sociedad, a través de la educación desde primaria a la universidad, adoctrinando a profesores, alumnos e investigadores por igual con el cambio climático.
El programa Globe es un ejemplo. Pero también se normaliza a través de los servicios metereológicos nacionales, verdaderas máquinas de desinformación a la americana, la publicidad, el cine, los videojuegos, etc. Los niños de hoy no habrán conocido nunca un cielo natural.
¿Qué hacen los Estados y los gobiernos?
Nada. Estas actividades forman parte de la política exterior de los Estados Unidos promovida a través de la OTAN y de las Naciones Unidas. Todos los Estados están implicados en estas actividades genocidas, canjeando en la práctica la soberanía de los pueblos, la salud pública y la seguridad de sus ciudadanos por su permanencia en el poder.
Nuestros políticos por su parte, son los bedeles de las grandes corporaciones que les dictan las políticas a seguir, decididas por gentes que nadie ha votado. Las corporaciones del Foro de Davos o Foro Económico Mundial tienen en su agenda para esta década la manipulación del clima con fines de lucro. Los gobiernos, finalmente malversan nuestros impuestos para pagar esos programas en detrimento de los españoles
¿Qué podemos hacer los ciudadanos?
El 8 y 9 de Abril de 2013, asociaciones de 15 países europeos denunciamos estos hechos ante el Parlamento Europeo, pidiéndole una investigación independiente de los mismos. La petición fue admitida a trámite pero se archivó en 2016 por orden de la Comisión Europea. Igualmente se pidió al Parlamento Europeo la completa ejecución de la resolución de 14 de Enero de 1999 para, que los programas de investigación militar se sometan a control democrático y parlamentario.
Así, en febrero de 2016 Terra SOS-tenible requirió por escrito al Congreso de los Diputados la revocación del Artículo 3 de la Ley de Aguas y la apertura de un debate público y parlamentario. Hasta hoy no se ha hecho NADA.
Dependemos de nosotros mismos para nuestra defensa; hagamos miles de copias de este díptico para distribuirlas masivamente, de manera a generar un masa crítica para salir a la calle a parar estos actos criminales, favorecidos por el uso irresponsable de palabros como chemtrails, diseñados por militares para desinformar y cometer crímenes de Estado con impunidad, ya que este palabro foráneo, que no quiere decir nada, busca sustituir el verbo fumigar que todos conocemos, y que nos alerta sobre la acción, el sujeto y las consecuencias. Es preciso combatirles con el verbo que han intentado anular. ¡FUMIGAR!
¿Qué hacer ante una situación tan inconcebible como real, que amenaza la propia existencia?
Como Wayne Hall, de ATTAC-Hellas, bien dice, si los partidos políticos, parlamentos y medios de comunicación no están dispuestos a soportar el coste político de la honradez en relación con la geo-ingeniería, está claro que los foros sociales deben asumir esta responsabilidad en su lugar.
Así, ante la aparición de nuevas enfermedades y la pasividad cómplice de sus gobiernos, la sociedad civil se organiza a las dos orillas del Atlántico para impedir este horror. La única vía que nos queda a los ciudadanos, considerando la extrema gravedad y magnitud del asunto, así como la indefensión a la que nos vemos avocados, es la de recurrir a la protección de las más altas instancias de justicia nacionales e internacionales; cuyo nivel de independencia y de profesionalismo en la defensa de los derechos fundamentales del individuo, y del bien jurídico que es la seguridad y la salud pública, estará en el punto de mira desde el primer momento.
En tanto que europeos, y vista la implicación en este asunto de científicos, académicos, metereólogos, investigadores, médicos, escritores, periodistas, etc., en Estados Unidos, consideramos muy preocupante que en la cuna de la democracia, el libre pensamiento, la libertad, la igualdad, y la fraternidad, sus homólogos europeos muestren un vergonzante silencio.
Tan vergonzante como el que guardan los principales grupos ecologistas del mundo a este respecto y medios de comunicación. De la necesidad de dar una respuesta global a un problema global, nace la plataforma internacional SKYGUARDS-NET
